Este personaje es el protagonista de la divertida fiesta de Interés Turístico Nacional que se celebra en enero en un publecito llamado Piornal perteneciente a la provincia de Cáceres (Extremadura – España).
Los materiales que hemos utilizado para hacerlos han sido los siguientes:
Las ilustraciones de este cuento se han elaborado con los siguientes materiales:
– Papel continuo blanco
– Un tapón circular para dibujar las cabezas de los personajes, todas del mismo tamaño
– Lápiz y rotulador negros para dibujar y repasar las letras y los personajes
– Papel de periódico para los troncos de los árboles y las almohadas de la cama
– Tijeras y pegamento
– Papel charol para la cama
– Ceras blandas de colores
Érase una vez una niña que tenía una caperuza roja y siempre se la ponía para salir. Por eso todos la llamaban Caperucita Roja.
Un día su mamá le dijo: – Ve a casa de la abuelita que está malita y llévala esta cestita con un poco de sopa, leche y miel. – ¡Vale, mamá! – Y no te entretengas por el camino. – ¡Así lo haré!
Iba alegre y cantando por el camino cuando, de repente, apareció un lobo. – ¿Adónde vas Caperucita? – Voy a ver a mi abuelita que está malita y a llevarla esta cestita con sopa, leche y miel. – ¿Por qué no recoges unas florecillas y se las llevas también? – Sí, seguro que la gustarán mucho.
Mientras Caperucita recogía flores, el lobo fue corriendo a casa de la abuelita. Abrió la puerta, entró y como tenía mucha hambre se la comió.
Después el lobo se disfrazó de abuelita y se metió en la cama. Cuando llegó Caperucita la puerta estaba abierta, entró muy despacito y se acercó a la cama: – Abuelita, abuelita, que orejas más grandes tienes? – Son para oírte mejor. – Abuelita, abuelita, que ojos más grandes tienes? – Son para verte mejor. – Abuelita, abuelita, que boca más grande tienes? – Es para comerte mejor. El lobo se avalanzó sobre la niña y de un bocado se la tragó.
Un cazador que estaba cerca del lugar oyó los gritos y se acercó a la casa para ver lo que ocurría. Miró por una de las ventanas y vio al lobo durmiendo en la cama. Entonces entró sigilosamente para no despertarle. Cogió un cuchillo, le cortó la barriga y sacó a Caperucita y a la abuelita. Después los tres fueron a buscar piedras, las metieron en la barriga del lobo y el cazador se la cosió.
Cuando acabaron se escondieron en el bosque y vieron salir al lobo de la casa. – Me pesa mucho la barriga y tengo mucha sed. Voy a buscar agua para beber.
Andando, andando, el lobo llegó a un río y, al agacharse para beber, el peso de las piedras hizo que se cayera en él. – ¡Socorro, socorro!, ¡qué me ahogo! Al final el lobo se ahogó en el río y colorín, colorado este cuento se ha terminado.