LA CASTAÑERA

Un día otoñal, llegó a la ciudad una alegre castañera muy particular.

Con su cesta repleta de castañas en la plaza buscó un lugar

y allí solitaria empezó sus castañas a asar.

Un olorcillo sublime pululaba en el ambiente.

y, atraída por él, pronto acudió la gente.

¡Era genial!

Dicharachera castañera que con su arte a todos anonadaba.

Lanzaba las castañas al aire, las recogía sin mirar

al mismo tiempo que, a modo de trovador, recitaba:

“Recogí castañas en el castañar

y aquí estoy asándolas para dáoslas a probar.

¡Vendo castañas, castañas asadas

para hoy, para mañana y para toda la semana!

¡Compradme cucuruchos de castañas

y vuestra vida será más sana!”

CESTA DE CASTAÑAS

Para hacer una gran cesta como esta necesitas:

  • Papel blanco para la base
  • Periódicos
  • Cartulina blanca para las castañas
  • Papel dorado
  • Pintura marrón
  • Ceras de colores para las bolas que adornan la cesta
  • Celo para pegar

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Poesía: Las castañas(Mª Felisa García G.)

  • Si sales a la calle

          un día de otoño

          puedes encontrarte

          a la señora del moño

          vendiendo castañas

          en el mercado de la plaza.

  • ¡Castañas, castañonas,

          grandes y sabrosas!

  • Se convertirán en “calbotes”

          si se asan con esmero,

          no sin antes rajarlas

          con un cuchillito pequeño.

  • ¡Castañas, castañonas

         grandes y sabrosas!

  • En un plato hay que dejarlas

          para que todo el que las vea

          pueda catarlas

          por las mañanas y por las tardes,

          pero nunca, nunca por las noches

          pues el sueño puede alterarse

         por culpa de los aromáticos gases.

  • ¡Castañas, castañonas

          grandes y sabrosas!