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«LA PALOMA ZURITA» (Beatriz Hurtado Molina)
CUENTO: «LOS MAMUTS»
CUENTIFLOR: «EL NIDO GIGANTE»
Para hacer esta cuentiflor necesitas:
– Un plato de cartón
– Lápices de colores y rotuladores
– Catulinas marrón y crema para los pétalos
– Grapas para sujetar los pétalos
– Papel verde para las hojas, para el tallo dónde está escrito el cuentecito
y para la hierba
– Lana verde para atar el tallo
– Un vaso decorado con ceras para la macetita
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CUENTIFLOR: «EL BISONTE»
Para hacer esta cuentiflor necesitas:
– Un plato de cartón
– Lápices de colores y rotuladores
– Catulinas rosa y azul para los pétalos
– Grapas para sujetar los pétalos
– Papel verde para las hojas, para el tallo dónde está escrito el cuentecito
y para la hierba
– Lana verde para atar el tallo
– Un vaso decorado con ceras para la macetita
POESÍA: «PAJARILLO» (Mª Felisa García G.)
Un áspero muro y un tosco suelo
recibieron a un pajarillo que cayó del cielo.
Sobre sus patas el cuerpo reposaba.
De claro y suave plumaje,
aunque un poco despeluchado
por algunas partes.
Oscuros ojitos y pequeño pico.
No parpadeaba, no piaba.
no se movía,
solo respiraba.
Parecía frágil y desvalido.
con temerosa y expectante miraba.
¡No sabía dónde estaba!
¡Callaba!
Me acerqué a él y lo cogí,
ni un movimiento hizo.
Parecía estar muerto,
parecía estar vivo.
Ahora descansa en el nido,
que hizo su mamá
sobre la rama de una encina,
en donde debió esperar para saltar.
POESÍA: «SAPO, SAPITO» (Mª Felisa García G.)
¡Mirad qué bicho!
¡Mirad que raro!
No es ningún bicho,
que es un sapo asustado.
Unas pequeñas manos
lo cogieron con mucho cuidado
y en el agua de una fuente
suavemente lo dejaron.
Pequeños y mayores se acercaron,
con gran curiosidad.
El pobre animalito
no quería mirar.
En un rincón se quedó.
¿Estaba muerto?
Alguien lo tocó
y de sitio lo cambió.
¡Silencio!
¡Silencio, por favor!
Con expectante admiración
vieron al sapo agitarse.
De repente,
con un gracil saltito,
regresó,
sin ninguna dilación,
a su lugar de confort.
Aplausos y emoción
al ver al sapito.
No estaba muerto,
solo quería estar tranquilo.
¡Vámonos de aquí!
¡Dejémosle vivir feliz!
FÁBULA: «LOS RATONES Y EL LEÓN»
Había una vez un león orgulloso que paseaba tranquilamente por el campo.
Cazaba cualquier animal para satisfacer su hambre.
Una tarde atrapó a un ratón. Éste, al darse cuenta de cual iba a ser su destino comenzó a llorar y dijo:
– No me comas por favor. Tengo una familia que cuidar y si no regreso morirán.
El león se apiadó de él y le dejó marchar.
Una semana después, el gran felino cayó en una trampa que habían colocado unos cazadores.
Cerca del lugar estaba el ratón con su familia comiendo y bailando.
De repente escucharon unos fuertes rugidos y sigilosamente se acercaron hasta el lugar de donde procedían.
Vieron al enorme león metido en una gran bolsa de cuerdas.
Si ninguna dilación, los pequeños roedores las cortaron y le liberaron.
Desde aquel día el león y los ratones se hicieron amigos inseparables.
Fin
MORALEJA:
«Si piensas en los demás y te apiadas de ellos,
con el tiempo tendrás tu recompensa».