Una tarde cuatro calabazas iban de paseo por el campo y vieron una casa amarilla con el tejado rojo.
De repente salió una señora que les dijo: ¡Venir a jugar en mi casa!
Las calabazas entraron en la casa y se dieron cuenta de que la señora quería comérselas.
Entonces las calabazas se fueron corriendo. Llegaron a un bosque y se quedaron a vivir allí.
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