
Picudo rojo me llamo
mi hogar fue una bonita palmera
que daba estupenda sombra
en un soleado lugar.
Estaba acurrugado en mi nidito
hasta que un buen día
alguien me descubrió
y, sin poderlo evitar,
de allí me sacó.
Picudo rojo me llamo
mi hogar fue una bonita palmera
que daba estupenda sombra
en un soleado lugar.
Estaba acurrugado en mi nidito
hasta que un buen día
alguien me descubrió
y, sin poderlo evitar,
de allí me sacó.