Palmera, palmerita
cubierta y gordita.
Con verdes hojas puntiagudas
protegen del sol y de la luna,
del viento y de la lluvia.
Sobre tu grueso tronco
me quedaré leyendo,
me quedaré pensando,
me quedaré observando
como cambia el tiempo
a lo largo del año.
Cuando esté cansado,
sobre ti,
apoyaré mi espalda,
cerraré los ojos y te diré:
– ¡Hasta mañana!